La niña colombiana que es un misterio médico

Gabriela Gutiérrez, la niña colombiana se convirtió en todo un enigma médico

Una pequeña niña colombiana se convirtió en todo un enigma médico que tiene sorprendidos a profesionales de todas partes del mundo, quienes no se explican que es lo que sucede en su cerebro.

Gabriela Gutiérrez parece una niña normal, como cualquier otra. Esta caleña de apenas nueve años de edad juega, habla, canta y baila. Nada de eso está fuera de lo común, excepto que médicamente debería estar incapacitada para hacerlo.

Esto se debe a que le falta prácticamente la totalidad de su lóbulo frontal, casi la tercera parte de su cerebro, precisamente aquella que se encarga de manejar diferentes habilidades como el lenguaje, la abstracción, memoria, resolución de problemas, relaciones sociales, las emociones y los sentimientos.

La pequeña llevaba una vida norma. Su madre, Katherine Gutiérrez, ha explicado a diferentes expertos y publicaciones científicas que la menor presentó algunos retrasos en su desarrollo. Empezó a caminar cuando estaba cerca de cumplir los dos años y a hablar a los tres. Sin embargo, todo parecía ir bien, sin ningún otro sobresalto en su salud.

Paro las cosas se descontrolaron cuando cumplió cinco años. De un momento a otro Gabriela sufría arrebatos de agresividad contra otros y contra ella misma. Preocupada, su madre decidió sacarla de su colegio y consultar con médicos.

Al asistir a los especialistas con la esperanza de mejorar la calidad de vida de la pequeña, estos realizaron tomografías, diagnosticándola con hidrocefalia. Le realizaron el tratamiento a esta condición, que consiste en una válvula para drenar el líquido cerebral. Pero no funcionó.

Katherine, desesperada, contactó al Instituto de Neurociencia Cognitiva y Traslacional (Incyt) de Argentina. Los expertos, al ver los estudios descubrieron de inmediato el problema: Tan solo contaba con el 10% de su corteza frontal, y esta pequeña fracción ni siquiera estaba conectada al resto del cerebro.

Los médicos empezaron a viajar a Cali para atenderla. La primera vez esperaban encontrar a una pequeña sin ningún tipo de capacidades, en estado vegetativo. Pero lo que encontraron fue a una niña capaz de entablar conversaciones y resolver problemas complejos que en su estado sería imposible.

Gabriela pertenece al poco porcentaje de la población, casi nulo, que encaja en el llamado ‘Misterio de los lóbulos frontales’, que sin esa porción del cerebro pueden tener capacidades cognitivas.

Los expertos sospechan que durante su gestación se formó un quiste de agua en su craneo, impidiendo el crecimiento normal del cerebro.

Pero que su condición le permita tener ciertas habilidades, no significa que lleve una vida del todo normal. Constantes cambios de ánimo e impulsos de agresividad se pueden presentar de un momento a otro. Otras veces, en cambio, actúa sin ningún síntoma aparente.

La razón de que pueda hacer cosas que científicamente no son posibles es que su cerebro atravesó un proceso de adaptación, creando lo que los médicos han llamado ‘conexiones plásticas’, permitiendo a su sistema neuronal trasladar u operar estas funciones desde otras partes del cerebro.

Todo esto la convirtió en un misterio médico digno de investigación, al punto que reconocidas publicaciones como la NeuroImage: Clinical han publicado varias reseñas de su caso. Mientras tanto, Gabriela y su madre esperan conseguir apoyo económico para ir a vivir a Argentina y así recibir tratamiento médico.